viernes, 3 de abril de 2015

UNIDAD 3

"Movimientos Políticos y Sociales 

del siglo XIX"

La restauración y la lucha entre liberales y monárquicos.
Las revoluciones lograron difundir por Europa los principios ilustrados y la fe en el progreso y la industrialización.
Según los conservadores era necesario restaurar la paz, la moral, y el reconocimiento de que los prelados de la iglesia, los nobles y los grandes funcionarios del estado eran los únicos capaces de defender y custodiar el futuro de los pueblos y decidir lo que era bueno y lo que era malo.
Las ideas de la Restauración
Las cinco grandes potencias europeas- Gran Bretaña, Prusia, Rusia, Austria y Francia- así como todos los países europeos, se reunieron en Viena para acordar las fronteras de los nuevos territorios. Se denominó Restauración porque en ese tiempo los conservadores intentaron restaurar el antiguo régimen, devolver a las monarquías absolutas su dominio y restablecer los privilegios de la nobleza y la iglesia católica.
El líder del movimiento de la Restauración fue el mismo Metternich.
Pensaba que la conservación de las tradiciones religiosas, monárquicas y populares eran el fundamento de la paz y el orden.  Sostenía que la división jerárquica de la sociedad y autoridades era algo dado por designio divino y se debía respetar.
Metternich consideraba que el liberalismo, el individualismo, el igualitarismo y las ideas universales difundidas con la Revolución francesa eran nocivas para la salud de las naciones.
Metternich propuso que Rusia (greco-ortodoxa), Austria (católica) y Prusia (protestante) se unieran en una Santa Alianza: “Alianza entre el Trono y el Altar”, e instauraran gobiernos cristianos y patriarcales. La Santa Alianza fue la primera organización supranacional de la época contemporánea. Gran Bretaña no se unió al pacto.



Romanticismo y nacionalismo
El siglo XIX estuvo lleno de novedades y proyectos de sociedad, proliferaron las discusiones intelectuales, la creación artística y los avances científicos y tecnológicos.
El romanticismo fue una filosofía y un movimiento artístico surgido en Inglaterra y Alemania, y extendido rápidamente por toda Europa.
En Alemania procedió de las ideas revolucionarias, pero se convirtió pronto en un movimiento conservador. El resto de Europa, sobre todo en Francia, se entrelazó con los movimientos revolucionarios socialistas y formulo nuevas utopías.
Los intelectuales alemanes empezaron a participar de manera más activa en la política, Artistas, poetas y filósofos románticos.
En los siglos XVI, XVII Y XVIII, lo que hoy es Alemania estaba dividido en numerosos pequeños principados.
En 1806 Napoleón había formado la Confederación del Rin, un primer modelo de estado unificado que comprendía la Alemania meridional. Esta confederación introdujo reformas políticas constituyendo la primera experiencia liberal y democrática.
La Confederación del Rin se desintegró, se abandonaron los ideales liberales y democráticos y se formo la Confederación germánica con el fin de mantener la seguridad, la independencia e integridad de sus 39 estados. Esta nueva asociación también incluyo al Imperio austriaco.
En Alemania se empezó a cultivar la idea de la unidad nacional.
Entre 1815 y 1830, en Europa se registraron otras manifestaciones liberales y nacionalistas, casi todas promovidas por sociedades secretas.
Italia también estaba desmembrada en múltiples estados, con las campañas de Napoleón, varios de ellos se habían transformado en repúblicas, pero después del Congreso de Viena, habían retornado las antiguas dinastías.
Se empezaron a desarrollar corrientes a favor de la unidad nacional. Una sociedad secreta fundada por Giuseppe Mazzini, denominada Joven Italia.


Las revoluciones de 1830
La Santa Alianza procuró mantener el equilibrio político, pero se disolvió por diferencias surgidas entre Rusia y Austria durante las luchas con las que Serbia y Grecia se liberaron del Imperio otomano y por la fijación de las nuevas fronteras.
En 1830 y 1831 se produjeron varias revoluciones en diversos estados europeos. En Francia, Luis XVIII tomo el poder, pero murió en 1824. Lo sucedió su hermano Carlos X cuyo gobierno retorno al despotismo, ya que se apoyo en la iglesia.
En 1830, la Revolución de julio. Con ella el liberalismo y la democracia recibieron un nuevo impulso.
La Revolución de julio repercutió en cadena por toda Europa. En Bélgica y Suiza la burguesía triunfo, en Alemania tuvo éxitos parciales, en España y Portugal se instauro la monarquía  constitucional y en Inglaterra cayo el gabinete tory y se aprobó una ley electoral más democrática.
En Francia, el rey huyó y, en su lugar, la alta burguesía impuso al duque de Orleans, Luis Felipe I.
Las revoluciones burguesas de 1848
 Es conocida con el nombre de "primavera de los pueblos". 
La crisis económica desatada en Francia en 1847 como consecuencia de una serie de malas cosechas, en especial la de patatas, alimento básico para las clases populares. La crisis agraria influyó en los sectores industrial y financiero, llevando al paro a muchos obreros.
La negación de derechos y libertades a importantes sectores de la sociedad francesa: la monarquía de Luis Felipe de Orleans sólo satisfacía los intereses de la alta burguesía, en tanto que la pequeña burguesía como el proletariado quedaban política y económicamente desatendidos. 
Francia
En febrero la insurrección, protagonizada por sectores pequeño-burgueses, obreros y estudiantes forzó la abdicación de Luis Felipe y la proclamación de la IIª República bajo un régimen de acusado matiz social que implementó las siguientes medidas: sufragio universal masculino (frente al censitario), libertad de prensa, libertad de asociación y derecho al trabajo.

Revolución de 1848 en París 
El gobierno provisional contó por primera vez con miembros socialistas (Louis Blanc) que implantó la  jornada laboral de 10 horas. Además, con el fin de mitigar el paro obrero (más de 100.000 desempleados solo en el distrito de París) fueron creados los Talleres Nacionales, impulsados desde el Estado, si bien constituyeron un fracaso y fueron clausurados tras pocos meses de funcionamiento.
En junio la revolución se radicalizó y la pequeña burguesía que había estado del lado de las clases obreras se alió con la alta burguesía. La lucha contra el absolutismo se transformó en una lucha interclasista entre burgueses y obreros que se saldó con una fuerte represión (más de 1.500 ejecutados). 
Luis Napoleón Bonaparte (20 de abril de 1808 – 9 de enero de 1873). Presidente de la República desde 1848 hasta 1852. Emperador de Francia desde 1852 hasta 1870.
Tras la aprobación de la Constitución fue nombrado presidente de la República Luis Napoleón Bonaparte, sobrino de Napoleón, quien en 1852 se proclamó emperador con el nombre de Napoleón III, dando al traste con la mayor parte de las reivindicaciones revolucionarias e inaugurando el Segundo Imperio francés.
Imperio Austríaco
Se produjo la caída y huida de Metternich y el emperador Fernando I hubo de aceptar la formación de una Asamblea Constituyente. Las reivindicaciones nacionalistas se unieron a las liberales, especialmente en Hungría y Chequia, que lograron cierta autonomía dentro del Imperio.

Alemania
La revolución en Alemania también tuvo una marcado signo nacionalista. Federico Guillermo IV de Prusia hubo de aceptar una Constitución de base censitaria.
Revolución de 1848 en Berlín.
Italia
La revuelta estuvo cargada de significado nacionalista y sirvió -pese a su fracaso- de punto de partida en el proceso de unificación.
 Palacio real de Nápoles, 11 de febrero de 1848.
Sucesos de 1848 en Nápoles 
En Nápoles se implantó una monarquía constitucional que sustituyó al absolutismo; en los Estados Pontificios la sublevación hizo huir al Papa y se constituyó una república; el reino de Lombardía-Véneto se sublevó contra los austríacos y en el reino del Piamonte se creó una monarquía constitucional que se convirtió en el motor de la unidad italiana.
 Balance de las revoluciones de1848
Aunque las revoluciones de 1848 fracasaron, su experiencia influyó poderosamente en las ideologías obreras del siglo XIX. 
Socialmente
Los distintos grupos que se unieron en los inicios de la revolución se alejaron luego al defender distintos objetivos:
Una buena parte de la pequeña burguesía, temerosa de una revolución social, abandonó su alianza con el proletariado y se unió a la gran burguesía, aunque a lo largo del siglo XIX las diferencias entre ambas fueron bien patentes y se materializaron en las luchas políticas entre moderados y radicales.
El proletariado comenzó a adquirir conciencia de clase y, si bien actuó desorganizadamente, se constituyó como un movimiento autónomo desgajado de los intereses burgueses.
Los campesinos, una vez conseguida su liberación del régimen señorial, se condujeron de forma muy moderada y su objetivo en el futuro sería preservar las conquistas conseguidas.
Políticamente
A  pesar de ese aparente fracaso, los hechos acontecidos en 1848 supusieron el inicio de una progresiva democratización (sufragio universal) y la incorporación a la lucha política de la clase trabajadora.
Los movimientos obreros socialista anarquista
Las primeras ideas preocupadas por el obrero se conocen como socialismo utópico, esta filosofía se desarrolla básicamente en Francia e Inglaterra, que proponen soluciones tan irrealizables que son inviables.
No ven con buenos ojos el uso de la huelga y propone cambiar el modelo de sociedad por otro más justo a partir de la educación y de experiencias concretas que sirvan como elementos propagandísticos.
En España el socialismo utópico se propaga a partir de 1840, principalmente en Cataluña y Cádiz. En Barcelona es José Anselmo Clavet el que difunde las ideas del socialista francés E. Cabet, que aparecen recogidas en el libro Viaje a la Icaria. En Cádiz se difunde el pensamiento del socialista utópico francés Charles Fourier y el del inglés Robert Owen, que propone el desarrollo de entidades obreras cooperativas. El pensamiento más influyente es el anarquismo y marxismo, se difunden en España a partir de 1868.
En 1864 se funda en Londres la asociación internacional de trabajadores (A.I.T.) que popularmente va a ser conocida como primera internacional obrera.
En ella se integran organizaciones obreras de algunos países europeos. El conocimiento de la AIT en España se deba a la llegada a nuestro país en 1868 de un militante internacionalista italiano, Giuseppe Fanelli, que era de ideales anarquistas. Este activista va a crear en Madrid y Barcelona las primeras organizaciones obreras que se integran en la AIT. En 1870 un congreso obrero celebrado en Bonn, fundara la Federación Regional Española de la A.I.T. (F.R.E. de la A.I.T.), en ella se agrupan asociaciones obreras fundamentalmente catalanas, andaluzas y del resto del país en menor medida. Por el mayor peso del ideario anarquista y de las organizaciones moderadas, la FRE se declara apolítica y sindicalista en el sentido de considerar a los sindicatos como el único instrumento al servicio de la causa obrera, también el congreso se declara a favor del recurso a la huelga y el objetivo que persigue es la sustitución del capitalismo por una sociedad colectivista mediante la revolución.
Desde su fundación y hasta su legalización cuatro años más tarde, la FRE no hará sino que incrementar el número de organizaciones y afiliados. En 1872 se superan los 12.000 afiliados y en 1879 se superan los 40.000. Las regiones en las que la federación tiene mayor implantación son Cataluña y los jornaleros andaluces.
La división también se da entre los anarquistas, ya que junto a asociaciones moderadas en sus planteamientos que no son partidarias de acciones violentas hay otras que si lo son y se le conoce como el sector Nihilista y van a estar detrás del movimiento Cantonal y que luego van a actuar de manera violenta en Barcelona y Alcoy; esto llevara a la represión por parte del gobierno del movimiento obrero a su conjunto, incluso la República tendrá que reprimir duramente a los obreros.
En 1874 el general Pavía da un golpe de Estado que acaba con la república, e ilegaliza la FRE y las asociaciones obreras con lo que a partir de este momento y hasta 1881 cuando la ley de asociaciones de Canalejas las vuelva a legalizar, tendrán que soportar la represión y la clandestinidad.
El socialismo
Este nuevo socialismo que se conoce como científico es creación de dos pensadores alemanes: Carlos Marx y Federico Engles. Por eso estas doctrinas son conocidas como marxistas.
El socialismo, inicialmente aparece integrado dentro de la FRE, en 1872 son expulsados y comienzan una vida al margen del anarquismo. En 1879, Pablo Iglesias, líder por antonomasia del socialismo, formara la Agrupación Socialista Madrileña, que él mismo preside. Es una asociación muy humilde en su inicio, con 25 miembros, de los cuales 16 son tipógrafos y 4 médicos. Años más tarde, en 1886 fundaran un periódico, el Socialista, y lograra también que surjan otras federaciones socialistas en Vizcaya y Asturias.
En 1888 aprovechando la circunstancia de la exposición internacional de Barcelona, las federaciones socialistas de toda España se reúnen y surgirán el PSOE y el sindicato UGT.
Los objetivos del PSOE es convertirse en instrumento para clases de trabajadores de participación política. El socialismo a diferencia del anarquismo, opta por aprovechar el sistema político burgués para influir en la mayoría de las condiciones de trabajo. La participación inicialmente solo permitirá conseguir algunos concejales, el primer diputado socialista fue Pablo Iglesias en 1910 para Madrid.
Anarquismo
La ideología anarquista en sus orígenes y difusión aparece unida a la expansión en nuestro país de organizaciones afiliadas a la AIT y aparece ligada también a la labor de Giuseppe Agnelli, este anarquista italiano difunde las ideas de Bakunin que propone un modelo de sociedad colectivista, sin deferencias de riqueza, absolutamente libre, donde las libertad del individuo debe ser absoluta y son contrarios a toda estructura de poder; para ellos la organización de la sociedad se realiza a partir de la comuna Estructuras organistas de mayor rango aparecen a partir de la federación de las comunas.
En 1872 los anarquistas expulsaran a los socialistas de la federación regional española, que se había fundado en 1870. En 1874 esta organización obrera es ilegalizada y será perseguida y tendrá que actuar en la clandestinidad. En 1881 Subasta a prueba la ley de asociaciones políticas y sindicales, con la que los anarquistas podrán crear ya actuar desde la legalidad, por eso ese mismo año, en Barcelona se funda una nueva organización anarquista llamada Federación de Trabajadores de la Región Española (F.T.R.E.). Esta organización estará desconectada de la Primera internacional, porque la ley lo prohibía expresamente.
La FTRE mantendrá su ideario apolítico aunque dejara abierto la lucha sindical y el uso de la huelga como instrumento. Entre 1881 y 1890 el número de afiliados se incrementa considerablemente, pasando a cerca de 60.000 afiliados en 1890, cuando los obreros de todo el mundo van a celebrar la conmemoración del primer Uno de Mayo que es tomado como fiesta obrera, con una petición común: el horario de trabajo de ocho horas.
Los movimientos nacionalistas y los procesos de unificación
En los procesos de unificación de Alemania e Italia, llevados a cabo en la segunda mitad del siglo XIX, existen una serie de semejanzas. Si bien es cierto que en los estados alemanes el nacionalismo ha estado presente de diversas formas desde la creación del I Reich, en Italia este concepto era puramente geográfico y hasta el siglo XIX no existió ningún proyecto unificador destacable.
La expansión económica en ambos casos y la unión comercial como preludio de la unificación política, en el caso alemán.
Tras el Congreso de Viena, Italia quedó dividida en siete Estados independientes: el reino de Piamonte, bajo la casa de Saboya; el reino Lombardo-Véneto, bajo el dominio directo de Austria; los Ducados de Parma, Módena y Toscana, regidos por príncipes austriacos; los Estados Pontificios, bajo el dominio del Papa; el reino de las Dos Sicilias, donde se repuso el trono de los Borbones. Esto suponía una dificultad mayor para los patriotas italianos, que deseaban la unificación italiana.
El 25 de abril de 1859, estalla la guerra y el ejercito franco -piamontés, en poco tiempo, vence a los austriacos en Magenta y Solferino, lo que provoca la retirada austriaca de Lombardía. En los primeros días de julio, Napoleón III sorprenderá firmando la paz con Austria, ya que temía que los prusianos atacasen Francia. En este momento, Cavour dimite y Garibaldi aprovecha para extender la insurrección por toda Italia, llegando incluso a ocupar el reino de las Dos Sicilias, al frente de un cuerpo de revolucionarios. A los pocos meses, vuelve Cavour al gobierno, el cual incitó a que, por medio de plebiscitos los ducados de Parma, Módena y Toscana pidieran su incorporación al Piamonte. Tras negociar con Garibaldi, también Sicilia y Nápoles piden su anexión al reino piamontés. El 14 de marzo de 1861, el Parlamento italiano proclamó en Turín rey de Italia a Víctor Manuel II. Unos meses después Cavourmoriría repentinamente, dejando sin resolver la incorporación del Véneto, que seguía en manos austriacas, y el problema de los Estados Pontificios. Sin embargo, ambas cuestiones se resolverían a remolque del proceso de unificación alemana. La cuestión del Véneto se resolverá en 1866, por la paz de Viena, en la cual Italia recuperaba el Véneto. El problema de los Estados Pontificios fue más complicado, Francia no estaba dispuesta a consentir que se incorporasen al recién creado reino de Italia, y estableció una importante guarnición en Roma para proteger al Papa. Sin embargo, cuando estalla la guerra franco prusiana en 1870 y se produce la derrota francesa en Sedán, los italianos ocupan Roma. En 1871 Víctor Manuel II entra en Roma como rey de Italia y establece allí la capital del nuevo reino. El proceso de unificación italiano había concluido.
Otto Von Bismarck, Canciller de Prusia desde 1862, será el artífice de la unidad alemana. Abordará el proceso unificador con una política realista, bajo el único criterio de la razón de Estado. El único modo de que Prusia llevase a cabo la primera parte del plan de unificación, era mediante una derrota militar de Austria.
La Guerra de los Ducados: Los ducados alemanes de Schlesving, Holstein y Lauemburg, administrados por Dinamarca desde 1852, se negaron a reconocer al nuevo rey que pretendía integrarlos en el reino danés. Prusia y Austria decidieron, en una reunión extraordinaria de la Confederación Germánica, invadir militarmente estos territorios y declarar la guerra a Dinamarca. Tras la derrota del ejército danés en agosto de 1864, Austria y Prusia se hacen cargo conjuntamente de los ducados, pero un año más tarde, por el tratado de Gastein, Holstein quedaba bajo la tutela de Austria y Schlewing y Kiel bajo la de Prusia, aunque todos los ducados quedaban integrados en el Zollverein. 
 La Guerra Austro- Prusiana: El reparto de los ducados entre Prusia y Austria constituyó un nuevo problema ya que fueron frecuentes las disputas entre ambos sobre la forma de administrar los ducados.
En abril de 1866 se expuso abiertamente el conflicto, cuando Prusia sugirió a la Dieta imperial la creación de un parlamento alemán elegido por sufragio universal masculino, sabiendo que Austria no podía aceptar esta propuesta. Este mismo mes Prusia firmaba con el mismo Reino de Italia un tratado ofensivo- defensivo y Bismarck se aseguraba la neutralidad de Napoleón III en caso de guerra.
El siguiente paso en el proceso unificador lo dio Bismarck en 1867 al firmar conjuntamente una alianza militar ofensiva- defensiva y unos acuerdos comerciales con los estados alemanes del sur, que incluía la creación de un Parlamento Aduanero elegido por sufragio universal masculino. Bismarck forzó la negociación conjunta de ambos tratados con la intención de preparar el terreno para la futura integración de estos tratados en el nuevo Reich.
La Guerra Franco- Prusiana: La tercera etapa en el proceso unificador tuvo como causa inicial el enfrentamiento entre Napoleón III y Bismarck respecto a la candidatura propuesta en febrero de 1870 por el jefe de gobierno provisional español. Este proyecto, bien visto por Bismarck, fue rechazado por Napoleón III, el cual exigió  a Prusia la inmediata retirada de su apoyo a esta candidatura. Ni Guillermo I ni Bismarck estaban dispuestos a aceptar y es por esto por lo que estalla la guerra entre Francia y Prusia.

La victoria prusiana de Sedán, la destrucción del ejército francés en Metz y la capitulación de París (28- 1-1871), después de cuatro meses de asedio, terminaron con el Imperio de Napoleón III y potenciaron el nacimiento del Imperio Alemán, al que se incorporan los territorios franceses de Alsacia y Lorena. La población de estos territorios, de origen y de lengua alemana, deseaba seguir perteneciendo a Francia y su incorporación al II Reich contra su voluntad tendría consecuencias negativas en un futuro.

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http://www.slideshare.net/LaPotenciadeAmerica/unidad-3-movimientos-politicos-y-sociales-del-siglo-xix

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