sábado, 28 de marzo de 2015

UNIDAD 8

"El nuevo orden internacional. El conflicto entre capitalismo y socialismo"

La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, económico, social, militar, informativo e incluso deportivo iniciado al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuyo origen se suele situar en 1947, durante las tensiones de la posguerra, y se prolongó hasta la disolución de la Unión Soviética (inicio de la Perestroika en 1985, caída del muro de Berlín en 1989 y golpe de Estado en la URSS de 1991), entre los bloques occidental-capitalista liderado por Estados Unidos, y el oriental-comunista liderado por la Unión Soviética. Las razones de este enfrentamiento fueron esencialmente ideológicas y políticas.
Si bien estos enfrentamientos no llegaron a desencadenar una guerra mundial, la entidad y la gravedad de los conflictos económicos, políticos e ideológicos, que se comprometieron, marcaron significativamente gran parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX. Las dos superpotencias ciertamente deseaban implantar su modelo de gobierno en todo el planeta.
Ninguno de los dos bloques tomó nunca acciones directas contra el otro, razón por la que se denominó al conflicto «guerra fría».
Existe un cierto desacuerdo sobre cuándo comenzó exactamente la Guerra Fría. Mientras que la mayoría de historiadores sostienen que empezó nada más acabar la II Guerra Mundial, otros afirman que los inicios de la Guerra Fría se remontan al final de la I Guerra Mundial, en las tensiones que se produjeron entre el Imperio ruso, por un lado, y el Imperio Británico y Estados Unidos, por el otro. El choque ideológico entre comunismo y capitalismo empezó en 1917, tras el triunfo de la Revolución rusa, de la que Rusia emergió como el primer país comunista. Este fue uno de los primeros eventos que provocó erosiones considerables en las relaciones ruso-estadounidenses.
Algunos eventos previos al final de I Guerra Mundial fomentaron las sospechas y recelos entre soviéticos y estadounidenses: la idea bolchevique de que el capitalismo debía ser derribado por la fuerza para ser reemplazado por un sistema comunista, la retirada rusa de la I Guerra Mundial tras la firma del Tratado de Brest-Litovsk con el Segundo Reich, la intervención estadounidense en apoyo del Movimiento Blanco durante la Guerra Civil Rusa y el rechazo estadounidense a reconocer diplomáticamente a la Unión Soviética hasta 1933. Junto a estos diferentes acontecimientos durante el periodo de entreguerras agudizaron las sospechas: la firma del Tratado de Rapallo y del Pacto germano-soviético de no agresión son dos notables ejemplos.

La II Guerra Mundial y la posguerra (1939-1947)
Durante la guerra, los soviéticos sospechaban que británicos y estadounidenses habían optado por dejar a los rusos el grueso del esfuerzo bélico, y que forjarían una unión contra los soviéticos (Operació Impensable) una vez que la guerra estuviera decidida a favor de los aliados, para forzar a la URSS a firmar un tratado de paz ventajoso para los intereses occidentales. Estas sospechas minaron las relaciones entre los aliados durante la II Guerra Mundial.[]
Los aliados no estaban de acuerdo en cómo deberían dibujarse las fronteras europeas tras la guerra.[] El modelo estadounidense de «estabilidad» se basaba en la instauración de gobiernos y mercados económicos parecidos al estadounidense, y la creencia de que los países así gobernados acudirían a organizaciones internacionales (como la entonces futura ONU) para arreglar sus diferencias.[]
Sin embargo, los soviéticos creían que la estabilidad habría de basarse en la integridad de las propias fronteras de la Unión Soviética.[] Este razonamiento nace de la experiencia histórica de los rusos, que habían sido invadidos desde el Oeste durante los últimos 150 años.[] El daño sin precedentes infligido a la URSS durante la invasión nazi (alrededor de 27 millones de muertos y una destrucción generalizada y casi total del territorio invadido[] ) conminó a los líderes moscovitas a asegurarse de que el nuevo orden europeo posibilitara la existencia a largo plazo del régimen soviético, y que este objetivo solo podría conseguirse mediante la eliminación de cualquier gobierno hostil a lo largo de la frontera occidental soviética, y el control directo o indirecto de los países limítrofes a esta frontera, para evitar la aparición de fuerzas hostiles en estos países.

OTAN
En abril de 1949 se constituye la OTAN, con lo que los Estados Unidos tomaron formalmente la responsabilidad de defender la Europa Occidental.  En agosto de ese año, la URSS detona su primera bomba atómica.
En mayo de 1949, se establece la República Federal de Alemania como producto de la fusión de las zonas de ocupación aliada. Como réplica, en octubre de ese año, los soviéticos proclaman su zona de ocupación como la República Democrática Alemana.Desde el inicio de la existencia de la RFA, Estados Unidos ayuda a su desarrollo militar. Para evitar que la RFA acabe por convertirse en miembro de la OTAN, el primer ministro soviético, Lavrenti Beria, propone fusionar ambos países en una sola Alemania que se mantendría neutral.[] La proposición no salió adelante y en 1955 se admite a la RFA como miembro de la OTAN.

Asia   

Dentro de esta estrategia de generalización de la «contención», el teatro de operaciones se amplió de Europa a Asia, África y América Latina, con la intención de detener los movimientos revolucionarios, muchas veces financiados desde la URSS, como ocurría en el caso de las ex colonias europeas del Sudeste Asiático. A principios de la década de 1950, los EE. UU. Formalizaron alianzas militares con Japón, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Filipinas (alianzas englobadas en el ANZUS y el SEATO), garantizando a Estados Unidos una serie de bases militares a lo largo de la costa asiática del Pacífico.

Guerra Civil China
En 1949, el Ejército Rojo de Mao Zedong se proclama vencedor de la Guerra Civil China tras derrotar a los nacionalistas del Kuomintang, que contaban con el respaldo de Estados Unidos. Inmediatamente, la Unión Soviética establece una alianza con los vencedores, que habían creado un nuevo Estado comunista con la denominación de República Popular China. Al coincidir en el tiempo la Revolución China con la pérdida del monopolio atómico de Estados Unidos (tras el inesperado éxito del RDS-1), la administración del presidente Truman trató de generalizar la Teoría de la Contención. En un documento secreto fechado en 1950 (conocido como el NSC-68) la administración Truman proponía reforzar los sistemas de alianzas pro-occidentales y cuadruplicar los gastos en Defensa.

Guerra de Corea

Una de las aplicaciones más evidentes de la Teoría de la Contención se produjo tras el estallido de la Guerra de Corea. Debido a que uno de los acuerdos tácitos de la Guerra Fría se basaba en la lucha de ambos bloques a través de guerras proxy, en donde los ejércitos soviéticos y estadounidenses nunca se enfrentarían directamente, Stalin se vio sorprendido por la participación de tropas estadounidenses en la defensa de Corea del Sur, que había sido invadida por los comunistas de Corea del Norte; este despliegue militar había sido aprobado por las Naciones Unidas, ya que la Unión Soviética no pudo ejercer su derecho a veto al estar boicoteando la ONU por su negativa a aceptar que el gobierno representativo del Estado chino (y por lo tanto, el ocupante legítimo del asiento chino en el Consejo de Seguridad) era la China comunista en vez del derrotado gobierno pro-occidental de Taiwán.
Una vez hubo estallado la guerra, Stalin insistió en mantenerla a toda costa. A finales de 1952 la guerra había alcanzado una situación de estancamiento, y a pesar de las directrices de Stalin, chinos y norcoreanos se preparaban para su final .El alto el fuego se aprobó en julio de 1953, una vez que Stalin había fallecido.

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